lunes, 29 de noviembre de 2010

Toca otra vez viejo perdedor: Haces que me sienta bien

Hoy al final de esos días lentos y llenos de actividad, me decidí a tomar en brazos a mi hijo quizás por solidarizar(en esa situación donde los dos mirábamos cada 5 segundos a ver si llegaba por fin la micro) y caigo en cuenta de que está muy grande, por ende pesado. Pero no se me hace pesado, porque mi brazo está fuerte.
Dudo que fueran los dos brazos, pero ese, con el que le tomo las piernas y hago que se siente en el antebrazo, estaba fuerte.
Pero el brazo no era lo único que se había ejercitado. Me dí cuenta de que éstos años todo estaba más fuerte, y recuerdo cuando tener un hijo era como sudar haciendo pesas con un chuzo(por seguir la metáfora).
No me dormí en el trayecto, él sí, y no alcanzó a escuchar la canción que por ironías de la vida se subieron a cantar(Que es la de más abajo). Como siempre, él se hizo el dormido cuando bajamos, a pesar de que yo sabía que iba despierto y con los ojos semiabiertos. Lo dejé engañarme, y yo lo engañé haciéndome el cansado, cuando en realidad estaba más vivo que nunca, con la misma alegría que el día que lo vi nacer, y con ganas de que nazcamos de nuevo los 2, cada día.

Piano Man - Billy Joel

(En español)

Esta es la historia de un sábado
de no importa que mes,
y de un hombre sentado al piano
de no importa que viejo café.
Toma el vaso y le tiemblan las manos,
apestando entre humo y sudor,
y se agarra a su tabla de naufrago
volviendo a su eterna canción.

Toca otra vez, viejo perdedor,
haces que me sienta bien,
es tan triste la noche que tu canción
sabe a derrota y a miel.

Cada vez que el espejo en la pared
le devuelve más joven la piel,
se le encienden los ojos y su niñez
viene a tocar junto a él.

Pero siempre hay borrachos con babas, que le recuerdan quien fue,
el más joven maestro al piano
vencido por una mujer.

Ella siempre temió echar raíces,
que pudieran sus alas cortar
y en la jaula metida, la vida se le iba
y quiso sus fuerzas probar.

No lamenta que de malos pasos,
aunque nunca desea su mal,
pero a ratos, con furia, golpea el piano y algunos que le han visto llorar.

El micrófono huele a cerveza
y el calor se podría cortar,
solitarios oscuros, buscando pareja
apurándose un sábado más.

Hay un hombre aferrado a un piano
la emoción empapada en alcohol,
y una voz que le dice: "pareces cansado, y aun, no salido ni el sol".

2 comentarios:

katyusha dijo...

Jajaja, si me pasa algo parecido
crecen muy rapido, pero supongo que uno tambien.
Saludos!

Anónimo dijo...

:)