miércoles, 5 de diciembre de 2012

Día malo

Me molesta la creatividad del vacío al rellenar el contenido hueco de la imaginación.
Me parte el alma redescubrir parajes incómodos e inhóspitos, y es esa grieta la que produce éste maldito olor rancio que cubre todos los espacios, desde el rincón de la araña eterna, hasta la última tecla del piano.
No se puede terminar algo que no empieza, pero tampoco se puede empezar algo de la nada, y eso Dios lo sabe muy bien, ya que no existe.
La libertad prosaica de la razón se coarta con el fracaso constante del recuerdo, y se motiva a si mismo por unos pocos pesos, y unos cuantos gestos de aprobación, que son los menos sensatos de todos.
Habiendo tanta mierda en éste mundo, más de alguna habrá florecido, para seguir siendo tratada como mierda, cosechada, cultivada y consumida de nuevo. En más de alguna ocasión tratados como rústicos los árboles más frondosos ahondados en la sabiduría primitiva que de sabiduría no tenía nada, y de primitiva tampoco. Quedaba mucho camino por andar y se les ocurrió seguir al lobo malo por el atajo que no era atajo, caer de nuevo en la trampa fácil y volver a encontrar a la abuelita travesti, por la falta de independencia, la cultura del flojo pedagogo y del andar facilista.
En mi espacio la rabia se cultiva
En mi espacio se contiene hasta el último aliento, de vidrio molido en zapatos ajenos
lamí la sangre de quien no supo estallar en dolor, como para agradecer la suavidad de mi lengua
Un piano cae sobre mi cabeza y no mis dedos sobre él como es lógico, pero vivimos en el mundo donde el yugo es más cercano al cuello que el beso a la mejilla.
No era tiempo y nunca es tiempo, mañana no será tiempo y me acabo de enterar que el hoy tampoco existe, que sólo era una conceptualización y otros enredos que buscaron para provocar al pasado actual, a la rendición que se somete, gustoso y consciente de no existir más, porque si vuelve se llama rutina y la rutina es mala, somos gitanos de placer, y judíos de temor. Nos arraigamos hasta lo último de nuestro sufrimiento para poder expresar, y compartir así, la alegría de tener pena.
Es la tristeza inmóvil, es la dicha de no hacer nada, es la dicha de no abrir la boca, la dicha de no tener salida.

2 comentarios:

M. dijo...

wn me gusto caleta una frase, te la plagiare descaradamente algun dia, "lami la sangre de quien no supo estallar en dolor, como para agradecer la suavidad de mi lengua"

esta buenisima

Saludos!
M.

Anónimo dijo...

También robaría muchas frases...
"somos gitanos de placer y judíos de temor".
-Lo