Advertencia: Ésta debería ser una historia entretenida, o por lo menos una crónica decente, pero simplemente no es digna ni interesante, es más bien un ayuda memoria para mí mismo. Para tenerlo en cuenta.
Desde que tengo éste trabajo de guardia, los días son más cortos. Si, suena contradictorio, pero me di cuenta de que le puedo dar sentido hasta a 12 horas en una silla, y claro, internet ayuda, o lo hace todo. De hecho, creo que si yo fuera Prometeo y tuviese Internet en mi condena, me sentiría aún dichoso. En fin, ahora como hombre decente me levanto a las 6 y media todos los fines de semana, con o sin dormir, en éste caso tuve buen descanso de unas 4 ó 5 horas, y en las siguientes 12 pude estudiar y sacar la vuelta. El problema, es que vivo 2 vidas(creo q son 3 ó 4, pero en ésta historia las otras no cuentan), y en las 2 soy Peter Parker, y nunca Spider Man. Partí corriendo al dejar la guardia, hacia Colina donde me esperaba un galpón gigante recién inaugurado, con amplificación por inaugurar, y un camión... en mal estado(era el escenario). Tengo que aclarar que el pique a Colina son 2 horas por lo bajo, y si mi ya inútil y vacía tarjeta bip no servía en Santiago, imposible que sirviera en Colina. Sólo cabía esperar que el furor que produce la fundición de la cumbia y el alcohol en el cuerpo hiciera un rápido efecto, y simplemente marcháramos dignos de ese lugar.
Tal cosa nunca ocurrió...
He aquí la foca:
Creo que estoy predestinado a odiar a mi rubro profesional, y al público que los alienta a seguir. No hay lugar donde no alimente un instinto asesino contra mis colegas, y contra las masas que el conjunto emborracha. Deben ser ya 5 ó 6 años de argumentaciones que van desde: El mal trato de ciertos lugares, la sobreexplotación voluntaria, la falta de respeto del borracho promedio, la necesidad del alcohol para bailar, la falsa autogestión, el afán ególatra de seguir adelante, la fama pobre(En los miles de sentidos de la palabra pobreza), el chauvinismo, el "agüante", el ritual de apareamiento sin resultados(hay una tendencia de los músicos, que no sólo es frecuente sino absoluta, de creer que las groupies existen, y una tendencia de las mujeres a fomentar ese mercado sin oferta ni demanda). A todo ésto se le suma un factor que personalmente detesto, y es donde desenfundaría la Thompson, que es la fiesta transformada en trabajo. Por que no es lo mismo que el trabajo transformado en fiesta, no está ni cerca de eso, de hecho.
La fiesta transformada en trabajo es un afán optimista de ver la vida y la espiritualidad de la música, el compartir, el descansar, lucrando con éstos hechos y pretendiendo además subsistir con ello!. Cómo se logra subsistir con algo tan efímero? Con vicios, obvio. Y no me quiero ir en un afán evangélico ni castrador, pero si vas a tener ideales para vociferar en un escenario, hay que hacerse cargo, y cuando se mezcla el discurso liberador con la incapacidad de dejar un vicio, se está muy lejos de tener credibilidad, u orden por lo menos en las ideas. De todos modos tampoco me interesa criticar por criticar, en el fondo eso es sólo para descargarme, pero me parece tan contradictorio que la lógica del mercado estupidizante, se presente voluntariamente en eventos de autogestión para combatir el capitalismo. Sobretodo en lugares donde conscientemente todo lo que ocurre es explotación, en pos del goce de la masa. El sonidista y sus asistentes, trabajan como chinos, para que aún así suene mal, y no reciba un pago decente por servicios, para qué decir boleta o prevención de accidentes. El músico, es pagado con alcohol y comida, y en algunas ocasiones un precio simbólico, por la causa. Los que atienden barra soportan borrachos durante horas, y al final el único excedente monetario se origina en la sobredosis de alcohol que se vende, que alcanza para repartir monedas entre los organizadores, y costear la producción.
Como decía Victor Jara, no estoy ni ahí con ser artista, soy un trabajador de la música, y como tal abogaré por mejores condiciones laborales de mis compañeros trabajadores, hinchando a los empleadores y a los adormecidos que les terminó gustando la autoexplotación.
No se si llegue a algo realmente con todo éste análisis, se que seguiré en éste mundo de carrete, haciendo lo único que se hacer, pero espero avanzar en el debate de una u otra manera pa que cachen que en el fondo, es imposible ser revolucionario si te gusta ver cómo la mierda se revuelve en el water.
Inti Illimani - Canción a Victor
Trigo y maiz era tu voz
mano de sembrador
alma de cobre, pan y carbón,
hijo del tiempo y del sol.
Tu canto fue flor de metal
grito de multitud
arma en el puño trabajador
viento del norte y del sur.
Caiste allí junto a otros mil
cuando nació el dolor,
hoz y martillo tu corazón
rojo de vida se abrió.
El pueblo así te regará
en un jardín de luz,
serás clarín de lucha y amor
¡Canto de Chile serás!
3 comentarios:
Me gusto esto, hace tiempo que no escribias, es ese afan sincero el que me agrada. Creo que lo que mas me gusto fue esto: A todo ésto se le suma un factor que personalmente detesto...que es la fiesta transformada en trabajo.
La verdad siempre me lo he cuestionado, es interesante que tu lo digas. En todo caso no creo que sigas eternamente en esto, creo, como te dijo alguien alguna vez, que eres capaz de cosas mucho mas grandes, mas geniales, que ver como la mierda se revuelve en el water.
Un beso, te quiero loco
Hola no lo leí, solo paso a saludar
reviví!
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