jueves, 11 de febrero de 2021

Altruismo del buen perdedor

Que ya no era el mismo de antes, que ahora les caigo mal, que no tenía derecho a creerme el mejor. Siempre jugábamos a tirarnos piedras, pero nunca usamos unas tan grandes como las de ese día, y nunca las había recibido todas yo. Al principio pensé que también se habían alegrado, por eso me gasté toda la plata en el vino que nos tomamos todos juntos, del premio por ser el goleador del torneo de futbol del pasaje Chacao. No entendía nada, creo que yo también me curé un poco, pero nunca los traté mal, simplemente estaba tan contento que no pensé en defenderme. Algún día comprenderé, con el tiempo libre que me queda, postrado en la cama, solo, y quizás tengan razón en que soy el más arrogante del barrio.

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