Esto podría ser una página en blanco
Una aterradora página en blanco
Se presenta como una promesa de cambio, redención y resignificación de la vida cotidiana. Pero tengo que lograr comunicar el significado de mis palabras, si quiero ser comprendido.
Siento la vida cotidiana como una sumatoria de tragedias, que se viven con una sonrisa y un ánimo inquebrantable de cumplir con mi labor. La más noble de todas, según todo el mundo, y con el salario más infravalorado del mercado.
Pero no me gusta llorar la carta, ni arrepentirme de mi camino. Esta sonrisa va genuinamente dibujada a diario en mi quehacer laboral. Soy yo el que no resisto. Hay un animal salvaje que se retuerce en mis entrañas y que está cansado de mi sobrehumanización. El animal quiere salir, buscar una presa, y volver al nido a cometer errores, por los que no será juzgado, incluso podría ser celebrado, con una mordida, una risita cómplice y un beso húmedo.
Hoy ese animal está enfermo. Incinerado en la energía que no le doy, me busca para vengarse, pero tampoco tiene fuerzas para cobrar. No le quiero dejar, pero nos necesitamos.
No tengo nada qué decir
No me quedan pensamientos
Se me vació el tarro
Quiero llegar lejos
Sin tener que levantarme nunca más
Sálvame Jesús de creer en ti para no estar solo
Ahórrame esa paja religiosa
Sólo creo en mi animal interior
Que tengo bien guardado, amarrado y domesticado
Me da la patita cuando lo pido
Y sólo se dedica a dormir,
No lo paseo, ni juego con él
Sólo se dedica a dormir
y a morderme las entrañas antes de fin de mes.
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