miércoles, 17 de mayo de 2023

Maite Antonia

Bueno, después de 18 años, pensé mucho en lo importante que sería darte un excelente regalo, como parte del ritual que conmemora el paso de la niñez, a la adultez. Como esos rituales que se practicaban en los libros que leía, películas, series, o ceremonias religiosas de raíces prehispánicas del Abya Yala y esas manos. Pero bueno, como ves, no se me ocurrió más que regalarte plata en efectivo y un pie de limón... Y eso que la pensé caleta

Tuviste cumpleaños memorables, y hasta en Pandemia salió un recuerdo de esos como de "La Vita é Bella" de Roberto Benigni. Pero parece que este año tocó escasez creativa porque pucha, creo que cada vez me siento más inseguro respecto a achuntarle a lo que querías.

¿Y si simplemente te regalo algo útil en vez de tanto simbolismo?, aunque un simbolismo también podría servirte de algo, como para sazonar la vida con metáforas, pero, ¿Y si no querías un simbolismo, así como no querías celebrar tu cumpleaños?, al fin y al cabo, las experiencias vitales también pueden ser desechables, como el dinero. Pero el dinero además es práctico, y como nosotros somos materialistas, pues, bueno, será hora de abandonar esas experiencias tan idealistas que nos alejan de la realidad material, compañera hija.

Un libro quizá era buena idea. "El Cumpleaños de Juan Ángel", de Benedetti, pensé. Uff, qué buen libro. Pero pucha, quizá porque a mí me gusta, no significa que te vaya a gustar a ti. Hemos abusado de esas casualidades, de compartir gustos en muchas cosas, pero creo que no siempre va a ser así. 

Entonces quedamos en un regalo simple, de adulta. Plata. Pa comprar libros, quizá, uno que tú sí quieras leer, o pa invitar a la Génesis a comer algo. Allá verá ella, pensaba. Y pucha, ¿cómo que ahora "allá ve ella"?. Tanta independencia, no sobrecogerá este ritual, que conmemora el aniversario N° 18 de tu nacimiento. Por que al final, los cumpleaños miran para atrás, a la infancia, los buenos recuerdos, lo grandes que estamos, o viejxs, en mi caso, y también en el tuyo. 

Pero este cumpleaños como que quiere mirar al futuro, que puedes tener licencia de conducir, hacer tus propios trámites, adquirir un hogar, y ser una ciudadana ejemplar que paga impuestos y contribuye al buen vivir, con plantas y gatos qué cuidar.

Yo creo que al final igual te va a durar poco la plata, porque eso nos pasa a lxs adultxs. Porque no sé, hay tanto qué consumir en este mundo, y espero de todo corazón que no sean drogas, o alcohol, pero cacha, ahora puedo decir "¿Quién soy yo para sugerir algo así?". Como que de todas las malas decisiones que quiero que evites, no puedo evitar ninguna, y dudo que debería ser así, de hecho. La mejor influencia, acorde a los tiempos, es sugerir que te gastes tus primeros ingresos en un tatuaje. Y ni eso me convence, porque sería más chistoso si tu tatuaje dijera "Papito lindo te quiero musho", con una clásica letra cursiva así bien flaite. Porque obvio, pa eso es tu regalo.

Pero yo definitivamente no sirvo pa dar consejos, ni regalos de adulto, a otra adulta. Quizá, me quedé pensando en tu infancia, y ahora me toca verte crecer, madurando más rápido que yo, y enseñándome de la vida mientras voy cometiendo errores. 

Fomísimo el panorama que te ofrezco, pero mira, al menos nunca te gustaron las fiestas, y la vida es un poco eso: Una fiesta, pero a la que fuiste invitada por tus padres. Y esos panoramas si que son gastos innecesarios, de energía, aseo y plata. Te lo digo yo, tu padre con experiencia. Experiencias intrascendentes, y no muy distintas a las tuyas, pero experiencias al fin y al cabo. Puedo abordarlas desde esta gran invitación a vivir la vida. Una vida adulta, llena de expectativas y aventuras que abruman de tanto hedonismo y tiempo libre. Porque eso es, creo, lo que más te puedo ofrendar, como papá, en este momento. Tener la certeza de que vas a disfrutar al fin, esta estadía planetaria, bajo tus propias normas, y con la seguridad de que si se te llega a desarmar el panorama, aquí está tu papá siempre, con ganas de vivir contigo, de seguir compartiendo experiencias de la vida cotidiana, conversaciones irrelevantes, y otras que cambian el mundo (Ambas se parecen bastante). Seguir un nihilismo radiante de optimismo, que nos permita reírnos una y otra vez, de pertenecer al tercer mundo, en un estilo de vida propio del primero, y odiar a los dos.

Espero que con el tiempo, valores esta fiesta a la que te invité, y algún día me invites a la tuya. Ojalá hayan papas fritas. 

Felices 18 años hija mía. 

PD: No te preocupes, todo esto de cumplir años es una broma, para mí, nunca dejarás de ser una niña pequeña y mañosa a la cual mimar. Te amo mucho. 

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