Hola. Perdón que te escriba así, ahora, pero esto será largo y lo mejor es que lo haga lo antes posible. La vida se me pasa y pienso mucho en lo que diré cuando te vea. No ha sucedido. La última vez sólo te escuché, y no salió ni una de estas palabras de mi boca. Me dijiste que tenías 3 meses de embarazo, y me puse feliz de verte cumplir un sueño. Pero mi esperanza sigue sin apagarse y la experiencia me dijo que después de muchos años seguías siendo tú. Me toca pensar y decretar que en unos años, seguiré "siendo yo". Porque sí, no lo puedo evitar. Fue locura antes y lo seguirá siendo ahora. Camila, eres el amor de mi vida. Definitivamente nunca me importó si tuviste, tienes o tendrás otros amores, mientras yo pueda existir dentro de ese gigantezco corazón. Te diré que el mío también ha seguido creciendo. Por ahora es lo más parecido a una casa rodante, pero cuando te vuelva a encontrar, me quiero asegurar de que sea un palacio.
Anoche soñé con toda claridad que volvíamos a vernos. Iba yo a tu casa, conocía a tu pareja, con quien dormían en piezas separadas. Yo, patudamente dormía contigo, pero era como si no estuviéramos ocultando nada a nadie. Ese secreto a voces del que siempre quise estar seguro, pero que la verdad, se que es otra locura más de las que guardo bajo la almohada. Tú me permitías unos besitos, tranquilos, de amigos, de confianza, de esos que te dicen "te quiero, me alegro de que estés bien".
A veces siento que he vivido tan acelerados mis propios procesos que ya no distingo la realidad de los sueños, pero de los sueños que se desean, los anhelos, digamos. Quiero verte bien, pero también quiero verte de cerca. Podríamos ordenar nuestras cosas como quisiéramos, aceptar que las casas se deterioran, y requieren parches y arreglos definitivos, cambiar una chapa, reinstalar una válvula, reponer un flexible, limpiar el piso como si nunca se hubiera hecho antes.
Extraño decir que te amo. Decírtelo durante el día, escribirlo en algún lugar. Preguntar por tí y recibir una respuesta larga, con tono de catarsis, aflojando el stress de tu trabajo, de tus pacientes, tus niños.
Yo he tenido muchos amores
He tenido malos amores
También he sido un mal amor
Pero en estas tesis sobre el amor romántico que te podría dedicar, no ha existido espacio para la duda: Yo puedo hacerte feliz.
La mayor misión que ha encomendado mi permanente fracaso del amor de pareja, es que toda esta experiencia, finalmente sea una joya pulida para tí, ensartada en tu dedo, hasta la vejez.
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